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Autónomo contra SL

Actualizado el
03 Nov 2025
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Para la mayoría de los autónomos que empiezan en España, darse de alta como autónomo es la opción por defecto. La configuración es más rápida, más barata y conlleva menos trabajo administrativo. Te das de alta en la Agencia Tributaria y en la Seguridad Social y listo.

Características principales de un autónomo:

  • Simple Configuración: El registro es sencillo y se puede completar rápidamente. De hecho, servicios como Facturaz pueden conseguir que te registres gratis en 24 horas.
  • Costes iniciales más bajos: No se requiere una inversión mínima de capital para convertirse en autónomo. Tus principales costes iniciales son las cuotas mensuales a la Seguridad Social (cuota de autónomo).
  • Control Directo: Tú eres el negocio. Todas las decisiones, beneficios y pérdidas son sólo tuyas.
  • Fiscalidad progresiva: Los ingresos de tu negocio tributan como renta personal a través del IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas). Los tipos impositivos son progresivos, lo que significa que aumentan a medida que crecen tus ingresos, oscilando entre el 19% y el 47%.

La simplicidad de la estructura de autónomo la hace ideal para personas con ingresos moderados que quieren probar una idea de negocio o mantener una operación flexible y con pocos gastos generales.

Señales de que es hora de plantearse una SL

A medida que su negocio crece, las ventajas de la estructura de autónomo pueden empezar a disminuir. Las mismas cosas que la hacían atractiva pueden dar paso a facturas fiscales más elevadas y a un mayor riesgo personal. Éstas son las señales clave de que puede haber llegado el momento de pensar en constituir una Sociedad Limitada.

1. Sus ingresos anuales superan los 60.000 euros

Ésta es la razón más común y convincente para cambiar de autónomo a SL. Como autónomo, sus ganancias tributan a los tipos progresivos del IRPF. Una vez que sus ingresos netos (ingresos menos gastos) superen los 60.000 euros, su tipo impositivo marginal será probablemente superior al tipo fijo del 25% del Impuesto de Sociedades que se aplica a la mayoría de las SL.

  • Autónomo: Usted paga IRPF sobre los beneficios, con tipos de hasta el 47%.
  • SL: La empresa paga un impuesto fijo del 25% sobre sus beneficios. A continuación, usted se paga a sí mismo un salario (nómina), que tributa como renta personal (IRPF).

Estructurando su retribución como una mezcla de salario y dividendos futuros, a menudo puede conseguir importantes ahorros fiscales en comparación con el pago de los tipos más altos del IRPF sobre todos sus beneficios empresariales.

2. Quieres proteger tu patrimonio personal

Como autónomo, no hay distinción legal entre tú y tu empresa. Esto significa que usted es personalmente responsable de todas las deudas y obligaciones de la empresa. Si tu empresa tiene problemas financieros, tus bienes personales, como tu casa, tu coche y tus ahorros, podrían estar en peligro. Esto se conoce como responsabilidad ilimitada.

Una Sociedad Limitada, por otro lado, es una entidad legal separada. Esto crea un "velo corporativo" que separa sus finanzas personales de sus finanzas empresariales. La responsabilidad de los propietarios (accionistas) se limita a la cantidad de capital que invirtieron en la empresa. Si la SL contrae deudas, los acreedores sólo pueden reclamar contra los activos de la empresa, no contra los suyos personales. Esta protección resulta crucial a medida que su empresa emprende proyectos de mayor envergadura, contrata empleados o contrae deudas importantes.

3. Tiene previsto reunir capital o incorporar socios

Si su plan a largo plazo implica buscar inversiones o incorporar socios a la empresa, una SL es la estructura adecuada. Una SL tiene una estructura accionarial formal, lo que facilita la emisión de acciones a nuevos inversores o socios. Esto no es posible como autónomo, donde la empresa está legalmente vinculada a usted como persona física. Una SL establecida también parece más creíble y estable ante bancos e inversores, lo que facilita la obtención de préstamos o financiación para la expansión.

4. Necesitas mejorar tu imagen profesional

Aunque ser autónomo es perfectamente respetable, operar como SL puede proyectar una imagen más profesional y consolidada. Algunas grandes empresas pueden incluso preferir o exigir que sus proveedores estén registrados como sociedad limitada. Tener "SL" tras el nombre de su empresa puede aumentar su credibilidad y abrirle las puertas a contratos y oportunidades mayores.

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Haciendo el cambio: de autónomo a SL

La transición de un autónomo a una SL implica un proceso legal formal. Tendrás que disolver tu registro de autónomo y constituir una nueva sociedad. Los pasos principales son:

  • Reservar el nombre de la empresa: Elija un nombre único para su SL y regístrelo en el Registro Mercantil Central.
  • Abrir una Cuenta Bancaria de la Sociedad: Ingresar el capital social mínimo de 3.000 €.
  • Elaboración de los Estatutos Sociales: Este documento describe las normas que rigen la empresa.
  • Firma de la escritura de constitución: Debe realizarse ante notario.
  • Registrar la sociedad: Presentar la escritura en el Registro Mercantil y obtener un número de identificación fiscal (NIF) en la Agencia Tributaria.

El proceso es más complejo y costoso que darse de alta como autónomo, pero los beneficios a largo plazo pueden ser sustanciales para un negocio en crecimiento.

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